Una nube privada para mi música.
Uso el término “nube” en un significado algo “amplio”. Para este artículo la “nube” es una computadora (en mi caso una Mac mini de 2012), que vive en mi escritorio y está encendida todo el tiempo. Me atrevo a decir que es una “nube” porque esta Mac mini es accesible desde cualquier lugar.
Pero en la época en la que tenemos servicios de “streaming” en todos lados, ¿por qué me molesté a tener un servidor de música?
Estas son las cinco razones principales:
Tengo muchos CDs que he comprado desde los 90. Incluyen bastantes soundtracks que no están disponibles en los servicios de streaming.
La calidad de audio de los CDs es mejor que la de los servicios de streaming tipo lossy. Este punto es debatidle y depende del equipo en el que se reproduce el audio. En general si tienes un buen par de audífonos y un DAC portátil, la diferencia es perceptible.
Tener tu propia colección de música evita que alguna de tus canciones favoritas desaparezca por cambios en el licenciamiento. Seguramente han visto que las películas entran y salen de servicios como Netflix. Pasa lo mismo con la música. Un día puedes estar escuchando uno de tus álbumes favoritos y al día siguiente ha desaparecido. Tener el CD físico y rippeado a tu disco duro evita este problema.
A todos nos gusta coleccionar algo, y coleccionar música es bastante común. Esto es más común si comenzaste a coleccionar antes de la llegada de los servicios de streaming.
Algunas veces los meta datos de la música en servicios de streaming están... mal. Tener tu música copiada, te permite escoger los nombres, portadas, intérpretes tal y como tú quieras. Y muchas veces esa es la versión correcta. Un poco de TOC no lastima a nadie... ¿verdad?
En fin. Estas son las razones para dedicar tiempo a crear una biblioteca (audioteca) personal. No descarten a los servicios de streaming todavía. Más adelante veremos cómo se integran con todo lo demás.